La importancia de la RSC en las pymes

Organización y RRHH

La responsabilidad social corporativa (RSC) es un modelo de gestión para las pymes que tiene en cuenta el impacto de sus decisiones y actividades sobre las personas, el entorno y la sociedad.

Según la Consulta de desarrollo sostenible 2024 del Pacto Mundial de la ONU en España, el 84 % de las empresas españolas reconoce que la sostenibilidad aporta ventajas competitivas, y más de la mitad afirma que influye de forma positiva en su cuenta de resultados.

Existen distintas formas de aplicar la RSC, y es importante identificar cuál se adapta mejor a cada pyme, en función de su tamaño, sector, cultura y capacidades.

A lo largo de este artículo explicamos la importancia de la RSC en las pequeñas y medianas empresas, qué tipos existen, cómo puede implementarse, cuáles son sus beneficios y qué la diferencia de la sostenibilidad corporativa.

¿Por qué es importe la RSC en la pyme?

Incluir la responsabilidad social corporativa en el modelo de gestión de una pyme ya no es una opción, sino una oportunidad. Estas son algunas razones clave:

  • Reputación y confianza: Cuando una pyme tiene valores bien definidos y los comunica claramente, muestra a sus clientes, proveedores y demás personas interesadas (los grupos de interés) que es una empresa seria y responsable. Esto genera confianza, porque los demás saben qué esperar y que la empresa actúa de forma ética y coherente.

  • Atracción y retención de talento: las nuevas generaciones y los profesionales con experiencia valoran cada vez más trabajar en empresas cuyos principios y valores estén alineados con los suyos.

  • Diferenciación frente a la competencia: ante la competencia en los mercados, contar con una estrategia de RSC puede ayudar a la pyme a diferenciarse y a que los clientes la elijan frente a otras opciones.

  • Anticipación normativa: muchas políticas públicas están enfocadas a promover prácticas sostenibles. Adoptarlas de forma voluntaria permite adelantarse a posibles requisitos legales que se exijan en el futuro.

  • Impacto local positivo: las pymes tienen una relación directa con su entorno. Incorporar la RSC refuerza la resiliencia de la pyme, ya que promueve modelos de negocio más equilibrados y sostenibles a largo plazo.

¿RSC y sostenibilidad corporativa son lo mismo?

Aunque están estrechamente relacionadas, es importante no confundir ambos conceptos:

  • Responsabilidad social corporativa: es el compromiso voluntario de la empresa con el entorno social, laboral y medioambiental, enfocado en el presente y las relaciones éticas.

  • Sostenibilidad corporativa: se centra en asegurar que la actividad empresarial sea viable a largo plazo, minimizando impactos negativos y garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del planeta y el bienestar social.

Tipos de responsabilidad social corporativa aplicables en pymes

La RSC puede adoptar diferentes formas en función del enfoque, valores y recursos de cada pyme. Entre las principales categorías encontramos:

RSC social

Acciones enfocadas en mejorar la calidad de vida de empleados, clientes y comunidades cercanas. Algunos ejemplos son:

  • Igualdad de oportunidades: políticas que garantizan un trato justo y equitativo para todas las personas, sin discriminación por género, edad, origen, discapacidad, etc.

  • Conciliación laboral y personal: medidas que permiten equilibrar el trabajo con la vida familiar, como horarios flexibles, teletrabajo o permisos especiales.

  • Colaboración con la comunidad: iniciativas que apoyan el entorno local, como donaciones a ONG, patrocinios culturales o participación en causas sociales.

 

RSC Medioambiental

Incluye todas las medidas que una pyme puede adoptar para reducir el impacto que su actividad genera en el entorno natural. El objetivo es avanzar hacia una gestión más sostenible y respetuosa con el medioambiente. Algunos ejemplos son:

  • Consumo energético responsable: uso eficiente de la energía mediante iluminación LED, maquinaria de bajo consumo o planes de ahorro energético.

  • Reducción de residuos: implantación de sistemas de reciclaje, minimización de embalajes innecesarios o reutilización de materiales.

  • Proveedores sostenibles: elección de empresas que también aplican criterios medioambientales en sus procesos, como uso de materias primas ecológicas o transporte de baja emisión.

RSC Económica

Se refiere a prácticas empresariales que van más allá del beneficio propio, integrando criterios de ética, transparencia y compromiso con el desarrollo económico local. La idea es generar valor de forma responsable y contribuir al crecimiento del entorno donde opera la pyme. Algunos ejemplos son:

  • Transparencia financiera: Contar con una gestión clara y accesible de las cuentas, cumpliendo con la normativa y facilitando la confianza de clientes, proveedores y empleados.

  • Pago justo a proveedores: establecer relaciones comerciales equilibradas, asegurando condiciones de pago responsables y evitando prácticas abusivas.

  • Apoyo a la economía local: colaborar con pymes del entorno, contratar servicios de proximidad o generar empleo estable en la zona.

RSC Laboral

Hace referencia a las políticas internas que una pyme aplica para cuidar, formar y proteger a su equipo humano. Estas acciones mejoran el ambiente de trabajo y permiten aumentar el compromiso y la productividad del personal. Algunos ejemplos son:

  • Formación continua: ofrecer oportunidades de aprendizaje y actualización de conocimientos para mejorar las competencias profesionales.

  • Seguridad laboral: garantizar un entorno de trabajo seguro, cumpliendo con la normativa de prevención de riesgos laborales y promoviendo buenas prácticas.

  • Desarrollo de carrera: facilitar el crecimiento profesional dentro de la pyme, mediante promociones internas o planes de desarrollo individual.

  • Bienestar interno: implementar iniciativas que favorezcan un clima laboral saludable, como programas de salud, apoyo psicológico o actividades para mejorar el ambiente entre compañeros.

Cómo implementar la RSC en la pyme

La RSC puede implementarse de forma progresiva en la pyme. No hace falta hacer grandes inversiones para ser socialmente responsables, sino actuar con responsabilidad y compromiso. A continuación, se detallan los pasos más adecuados para ello:

  1. Diagnóstico de partida: identificar qué acciones responsables ya se están realizando, aunque no se consideren formalmente parte de una estrategia RSC.
  2. Definir prioridades y objetivos: seleccionar cuáles son las áreas más relevantes para la empresa y establecer metas realistas.
  3. Involucrar al equipo: la RSC debe ser colectiva. Es necesario implicar a los empleados para mejorar su compromiso y generar nuevas ideas.
  4. Formalizar e integrar: convertir las buenas prácticas en parte del modelo de gestión: incluirlas en procesos, políticas internas y decisiones estratégicas.
  5. Comunicar con transparencia: informar sobre los avances y resultados, dentro y fuera de la pyme.
  6. Evaluar y mejorar: medir el impacto, detectar oportunidades de mejora y dar continuidad a las acciones en el tiempo.

Beneficios de la aplicación de la RSC en la pyme

La adopción de prácticas responsables mejora la percepción externa de la pyme y cuenta con un impacto directo en su rentabilidad y sostenibilidad. Entre los principales beneficios destacan:

  • Mayor fidelización de clientes.

  • Reducción del absentismo y aumento del compromiso del equipo.

  • Acceso a nuevas oportunidades de financiación o colaboración.

  • Incremento de la innovación y la creatividad.

  • Mejor preparación ante crisis o cambios regulatorios.

Conclusión

La integración de la RSC en la estrategia de la pyme les permite alcanzar un crecimiento sostenible, beneficioso para la empresa y su entorno. Esto se puede reflejar en la mejora de la calidad de sus productos y servicios, el aumento de la motivación y el compromiso del equipo, el fortalecimiento de la reputación, el impulso a la innovación y una mayor facilidad para acceder a financiación gracias a la confianza generada en inversores y colaboradores.

Este enfoque empresarial se basa en el compromiso, la coherencia y el impacto positivo. Por su cercanía, flexibilidad y capacidad de adaptación, las pymes cuentan con un gran potencial para desarrollar este cambio desde lo local, devolviendo algo positivo a la sociedad e involucrando activamente a sus empleados.

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