Embajadores de marca dentro de las organizaciones

Estrategia y dirección

Raúl Velasco, Delegado Territorial de Tactio, nos habla sobre los embajadores de marca dentro de las organizaciones.

Seguramente, los mejores embajadores de marca estén dentro de las propias organizaciones. Al menos, así debería ser; pero, ¿qué hacen las empresas para fomentar estas actitudes? ¿Los empresarios son conscientes de este potencial y están dispuestos a cuidarlo y desarrollarlo? En el nuevo contexto digital, los consumidores llevamos un megáfono en el bolsillo. Si, además, se trata de trabajadores de la propia empresa, el efecto tendrá mayor impacto.

Cuando hablamos de embajadores de marca, nos referimos a aquellas personas que, además de consumir un determinado producto o servicio, hacen una notable y continuada promoción del mismo en los medios que tienen a su alcance, normalmente redes sociales, páginas de opinión o reseñas web. En el nuevo contexto digital, los comentarios de los usuarios difundidos en las plataformas digitales pueden llegar a generar un gran impacto en el éxito o fracaso de una determinada marca o empresa. No me estoy refiriendo necesariamente a los famosos influencers, que mucho me temo que son un fenómeno en declive. En la actualidad, es más valorada la opinión de aquellas personas que, por su profesión o su prestigio en el sector, transmiten un cierto crédito para otros potenciales clientes.

Pero, ¿qué ocurre cuando son los propios trabajadores de una compañía los que juegan ese papel? Pues que el impacto en el público objetivo es mucho mayor. La marca/empresa aparece más cercana y confiable y el producto o servicio se refuerza con un sentimiento positivo y un compromiso con el trabajo bien hecho. Un intangible que refuerza notablemente la imagen que el cliente guardará en su memoria.

Cuestión de confianza

El elemento principal para que una empresa tenga éxito en el mercado es que inspire confianza en el consumidor: que sus productos o servicios tengan realmente la calidad esperada y que la propia empresa opere con unos métodos alineados con los principios y valores de su público objetivo.

No se trata necesariamente de que el trabajador se pronuncie sobre si el producto es bueno o tiene unas determinadas características, dado que ello sería muy promocional, sino de mostrar un cierto orgullo por participar en el proceso de producción y contribuir de forma activa a satisfacer la necesidad o el deseo del cliente. Recordará el lector aquella exitosa campaña publicitaria de una reconocida marca de electrodomésticos en que los protagonistas eran los propios trabajadores en sus puestos de trabajo, cerrando el spot con frases como “… esta lavadora tiene un poquito de mí”. Gracias a esta puesta en escena, la imagen de la marca se fijó fuertemente en la mente de los consumidores.

Valores y sentido de pertenencia

Para que los trabajadores de una empresa estén alineados con los valores de la misma y así lo expresen, es importante tenerlos; o, mejor dicho, practicarlos. Son muchas las compañías que hablan de sus principios; y es posible que los hayan plasmado, a modo de eslóganes, en lugares visibles de sus instalaciones. Pero ejercerlos es otra cosa. El primer paso, sin duda, es que toda la organización conozca los valores, que la información sea fluida y en todas las direcciones y que se establezcan mecanismos para mantenerlos y desarrollarlos. Si estos están alineados con la forma de hacer las cosas dentro de la empresa, la implicación de los empleados y el sentido de pertenencia se verán notablemente reforzados. La implicación también se trabaja. El trabajador debe tener claro su “para qué” dentro de la compañía, la importancia de su buen hacer en el proceso productivo y cómo la calidad de su trabajo afecta a toda la cadena de valor. A partir de ese momento, podrá dar el paso de convertirse en embajador de la marca, por propia iniciativa o a petición de la empresa; pero, en cualquier caso, será algo que llevará a cabo de forma natural y con agrado.

Efecto colateral: atracción de talento

Nuestro Tactiómetro 2022 ha evidenciado claramente una de las principales preocupaciones de las pymes: la atracción de talento. La sociología ha verificado que, normalmente, nos gusta estar con otras personas semejantes a nosotros. Por lo tanto, aquel trabajador que se considere con talento se sentirá atraído por empresas donde otros profesionales como él disfrutan haciendo su trabajo, se sienten orgullosos de ello y, además, lo expresan y difunden. El efecto llamada de nuestros embajadores, con sus comentarios o valoraciones en redes, tiene un gran impacto sobre el talento potencial. Hay empresas que pierden trabajadores, es cierto. Pero también hay otras que los atraen. Por algo será, ¿no?

 

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